Wednesday, February 29, 2012
Las sombras van venciendo
La luz ciega el mañana.
Los rayos, antes de que los atrape,
vencen su brillo.
La oscuridad acaricia
en los albores de mi capitulación
su danza y sus tambores.
¡Oh sombras
penetradme
hacedme vuestra carroña!
Para que pueda ser
nada y nadie;
el curvado doblón
el escudo ajado del abatido
el ahogo del chillido
el eco de quien aventura las dunas
y los desiertos y fondas de la locura
bajo una luna manchada.
¡Oh sombras
penetradme
hacedme vuestra carroña!
Para que pueda ser
nada y nadie;
el apostado en el tembloroso suelo
el llanto que la distancia acalla
el sudor febril y gélido
el poema en el papel raído, perdido de las manos, escrito en el olvido
Los rayos, antes de que los atrape,
vencen su brillo.
La oscuridad acaricia
en los albores de mi capitulación
su danza y sus tambores.
¡Oh sombras
penetradme
hacedme vuestra carroña!
Para que pueda ser
nada y nadie;
el curvado doblón
el escudo ajado del abatido
el ahogo del chillido
el eco de quien aventura las dunas
y los desiertos y fondas de la locura
bajo una luna manchada.
¡Oh sombras
penetradme
hacedme vuestra carroña!
Para que pueda ser
nada y nadie;
el apostado en el tembloroso suelo
el llanto que la distancia acalla
el sudor febril y gélido
el poema en el papel raído, perdido de las manos, escrito en el olvido
Wednesday, February 22, 2012
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